En la conservación y en el almacenaje de un vino existe un elemento fundamental, el tapón de la botella. Existen diversos tipos y aunque el tapón de corcho sea considerado como el idóneo, existen otros tipos y cada uno tiene sus cualidades y beneficios.
Los más puristas y entendidos siempre defienden el tapón de corcho para preservar las cualidades del vino. Pero, en los últimos años, el tapón de silicona va ganando adeptos por distintos motivos y no solo económicos. Conozcamos mejor los pros y contras de cada material y cuál es el más adecuado para la conservación de cada vino.
El tapón de corcho
Es el más apreciado y utilizado. El corcho es un producto natural, que proviene de la corteza de los alcornoques. España y Portugal son los principales productores de corcho, por lo que es un material ampliamente extendido en toda la Península Ibérica.
Las principales ventajas de los tapones de corcho para las botellas de vino son:
Evolución del vino
El corcho es un material orgánico. Gracias a su porosidad, es un elemento fundamental para ayudar a que el vino respire. Sabemos que el vino es una bebida que está viva, que evoluciona con la guarda y va cambiando sus cualidades organolépticas para bien con una buena conservación.
El tapón para vino de corcho ayuda no solo a la correcta conservación del vino. También influye en su maduración mediante la oxigenación paulatina del vino embotellado.
Además, el corcho es idóneo para los vinos con barrica. Aunque muchos vinos jóvenes se tapan con tapones de silicona, los vinos con crianza los verás prácticamente siempre con tapón de corcho. Los de silicona no sirven para la guarda y empiezan a perder sus propiedades a partir de los tres años.
Sostenibilidad
El corcho es una materia prima sostenible que, además, se genera bajo premisas ecológicas cada vez más. Gracias a la industria del corcho se mantienen vivos los alcornocales que definen el paisaje de grandes extensiones de nuestro país.
El corcho es un material limpio y sostenible, lo que le hace ganar puntos frente a otras opciones más contaminantes. Además, es reciclable.
Comodidad
Las botellas con tapón de corcho son más fáciles de abrir frente a las botellas con tapón de silicona.
Pero no todo son ventajas, también existen inconvenientes que hacen que haya productores que opten por pasarse al tapón de silicona.
Hongos
El corcho no está exento de desarrollar infecciones por hongos microscópicos. La llamada “enfermedad del corcho” es un problema que estropea el vino y le aporta un característico olor a corcho y a humedad. Esta contaminación no siempre está provocada por el corcho, también se puede dar en las propias barricas.
La industria del corcho invierte cada vez más en tratamientos eficaces contra esta contaminación, ya que la presencia de TCA se sitúa en torno al 3 % de la producción mundial de botellas de vino. Gracias a estos avances, cada vez es más improbable encontrar una botella con este defecto.
Precio
Los tapones de corcho son más caros que los de silicona o de rosca. Es cierto que, aunque sean más caros, destilan el encanto necesario para que muchas bodegas los prefieran.
El tapón de silicona
El tapón de silicona es cada vez más habitual y aunque tiene sus detractores, se ha convertido en una buena opción en el embotellado de blancos, rosados y tintos jóvenes.
Sus principales ventajas son las siguientes:
Precio
Su producción es mucho más barata que la de los tapones de corcho tradicionales. Teniendo en cuenta que cuenta con las mismas propiedades que el corcho si hablamos de conservación de vinos jóvenes, es un material cada vez más demandado.
Libre de Enfermedades
Su gran ventaja es que, al ser un material sintético, no se ve amenazado por la enfermedad del corcho y no transfieren olores de humedad al vino.
Diseño
Otra ventaja del tapón de silicona es que se puede personalizar y dar al vino una imagen más moderna y atractiva. Encontramos en el mercado vinos con tapones sintéticos de colores llamativos, coherentes con el diseño de la etiqueta y de la identidad visual que se ha querido dar al producto.
Pero la silicona también presenta inconvenientes que deben tenerse en cuenta:
Durabilidad
El tapón de silicona comienza a endurecerse y perder elasticidad a partir de los tres años. Por eso no es el más adecuado para vinos con barrica.
Contaminación
La producción de tapones sintéticos produce una mayor huella de carbono. Además, la mayoría no se puede reciclar.